Pasaje bíblico: Salmo
30.5: “La alegría viene por la mañana”.
Hay momentos en nuestras vidas que lloramos y a veces
llegamos a llorar una noche entera. Son noches oscuras,
horas difíciles que
todos nosotros pasamos. Muchas de esas dificultades son
consecuencias de errores y actitudes nuestras. Otras no
tienen la menor explicación o razón aparente. En
realidad, en toda tribulación, ya sea consecuencia de
fallas nuestras o no, Dios tiene acciones preciosas para
nosotros que valen mas que la simple resolución de aquel
problema.
En la medida que vamos aceptando el trato del Señor para con nosotros, vamos
tornándonos libres.
Algunas veces que utilicé el bastón de corrección con mi hijo, yo percibí una
inmediata aproximación entre nosotros. Cierto día, mi hijo de 7 años se portó
mal conmigo cuando conversaba con un amigo después de un
casamiento y le hablé en el oído: “Cuando llegue a casa te daré una
paliza. ¿Sabes que el aceptó aquella disciplina en forma sorprendente? Pocos
momentos después nosotros estábamos más cerca uno del otro. Fue increíble. La
relación de Dios para con nosotros es de padre e hijo, y cuando aceptamos su
disciplina eso nos aproxima mucho a El. El llanto puede durar una noche entera,
mas la alegría viene por la mañana. La disciplina de Dios no sólo produce buen
fruto en esta vida, sino también aquella “mañana” de
eternidad, “mañana” de la resurrección. Aquellos que se dejaron amonestar por el
Señor recibirán su recompensa, además de eso, tendrán la honra terrenal de andar
más cerca de su Padre, y eso es muy bueno.
La tribulación y disciplina nos conducen a depender mas de la gracia del Señor y
esto por fin nos trae descanso, Oración: Señor, ayúdanos a aceptar tu mano en
los momentos difíciles de nuestra vida,