Yo te ayudo
Hay momentos en la vida en donde no tendríamos que
tomarnos de la
mano de Dios, puesto que la mayoría de veces que
nosotros nos tomamos de su mano, tendemos a soltarnos,
por esa razón hay momentos en los que lejos de tomar la
mano de
Dios, debemos dejar que EL
NOS TOME DE LA MANO DERECHA.
Y es que hay una gran diferencia entre
tomar una mano, a que nos tomen de la mano.
Por lo general cuando nosotros nos tomamos de la
mano de Dios y
vemos que las situaciones o circunstancias que nos
rodean son adversas, tendemos a soltarnos y apartarnos
de Él, nuestro ánimo decae, nuestra fe se debilita y es
allí en donde somos presa fácil para el enemigo.
Y es que intentar tomar a Dios de
la mano es muestra muchas veces de una independencia de Dios,
es decir, el hecho de quererle tomar la mano es señal de
que vamos con la intención de soltarnos o tomarnos
cuando se nos dé la gana o queramos, en los momentos y
circunstancias que lo necesitemos, pero NO una
TOTAL dependencia de
Él.
En cambio, cuando permitimos que El nos tome de la mano,
cuando nos rendimos por completo y reconocemos que lo
hemos intentado miles de veces y siempre fallamos,
cuando por fin comprendemos que ya no podemos seguir
luchando en nuestras propias fuerzas, es cuando le
permitimos a El que nos tome de la mano.
Y es que cuando Dios nos
toma de la mano tenemos que tener la seguridad que El
JAMAS NOS SOLTARA, porque no es como nosotros,
sino que El es Todopoderoso y en cualquier momento o
circunstancia de nuestra vida, El estará allí.
Lo ideal para nuestra vida seria rendirnos a Dios,
reconocer que en este mundo no podemos sobrevivir sin
Él, reconocer que nuestras fuerzas dependen de Él y que
nuestra capacidad se rinde a sus pies; por lo tanto
desde el momento que nosotros nos rendimos a nuestras
propias capacidades y le pedimos al Señor que El tome el
control de nuestra vida, es allí en donde Dios con
completa libertad viene y NOS
TOMA DE LA MANO y NO NOS SUELTA.
En mis momentos de oración siempre le digo al Señor: “Dios mío,
tómame de la mano y no me sueltes”, porque sé
que si yo intento tomar su mano lo soltare en algún
momento de debilidad, pero cuando yo confío en El y le
digo que me tome de la mano, tengo la convicción que
pese a que los momentos de debilidad vengan a mi vida,
El me sostendrá, porque me tiene tomado de la mano
derecha.
Lo más lindo de todo esto, es que Dios nos
promete en su Palabra que nos tomara de la mano derecha
y también junto con ello nos dice: “No
temas, Yo te ayudo”. Indiscutiblemente Dios es
hermoso, puesto que nos da la seguridad que necesitamos,
y es que El nos conoce a perfección y sabe que por
naturaleza somos temerosos y débiles, pero El nos hace
saber que si estamos con El no hay porque temer, pues EL
NOS AYUDA.
Amados(as) hoy es un buen día para permitir que Dios te
tome de la mano derecha y te ayude, ya no sigas
intentando salir adelante en tus propias capacidades, no
sigas en enemistad con Dios,
es hora de reconocer que fuera de Él nada podemos hacer,
es momento de reconocer que si estamos aquí, es porque Dios así
lo quiso y porque hará algo precioso en nuestra vida,
pues el que comenzó la buena obra en nosotros, será FIEL en
completarla.
Deja a un lado todo aquello que te evita rendirte al
Señor, reconoce tu urgente necesidad de Él y permite que
te tome de la mano, en El estarás seguro, pues EL
TE QUIERE AYUDAR.
Si permites que te tome de la mano derecha, Dios te
dice hoy:
“No temas, yo te ayudo”
Autor: Enrique
Monterroza