Nunca lo cuestiones... sólo alabalo y adoralo!
Él es bueno!
A menudo a Dios le echan la culpa cuando algo sale mal, pero rara vez recibe el crédito
por todas las cosas que salen bien. Cada día, las personas se levantan, se visten,
conducen a sus centros de trabajo o estudios o a la tienda de comestibles y regresan
a salvo a sus hogares. Nadie sabe cuántas veces Dios nos ha protegido de sufrir daños.
Pero cuando hay una tragedia, nos preguntamos: “¿Dónde estaba Dios?”
Cuando considero todas las cosas maravillosas que Dios hace silenciosamente a
mi favor cada día (Isaías 25:1), me doy cuenta de que mi lista de alabanzas
debe ser mucho más larga que mi lista de peticiones.