El Señor Jesús prometió darnos paz en medio de las crisis. Apenas unas horas antes de Su crucifixión, Él mismo consoló a Sus discípulos con estas palabras: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo." (Juan 14.27).
Recuerda... Cristo está a tu lado. La confianza en Él por medio de la oración pone a disposición de todos "la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" y que "guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4.7)
El secreto para tener paz es entregar al cuidado de Dios todas nuestras preocupaciones.
Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. Salmo 3:5
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Salmo 4:8
Busca agradear a Dios en todo lo que hagas. Trata de encontrar gozo en tu trabajo y en tu vida diaria. Evita la impaciencia. conoce que Dios nunca se apresura. No tomes decisiones importantes conturbado de espíritu Duerme en paz. Él te mostrará la estrategia para que siempre salgas victorioso y brillando como el oro fino, porque te ama!
Podemos ser reconciliadoras solo cuando le permitimos que sea Él el que esté con nosotras; un Dios amoroso y humilde que reconcilia al mundo con Él a través de Cristo y a través de nosotras. Que usted amada, aumente su fama por ser reconciliadora de muchos con Dios.
Señor te pido que cada una de tus siervas de esta tu casa, siembren abundantemente para que puedan cosechar abundantemente. Que den como se proponen en su corazón, no de mala gana o por necesidad, porque tu amas al dador alegre
Qué esta verdad te inspire a alabar, adorar, exaltar a tu Padre celestial, que te llene de paz y te permita tener un sueño apacible porque eres hijo del Hacedor del cielo y de la tierra y de todo aquello que en ello habita, es el dueño del oro y de la plata, es Hacedor de milagros, de prodigios y Sus promesas son sí y amen en Cristo Jesús, para Él no hay nada imposible ni nada difícil; si nos dió Su amado Hijo.. ¿no, nos dará con Él, todo lo que necesitamos?... duerme, Él vela tu sueño.
Santiago nos dice que pensemos en las pruebas como un motivo de gozo pero a menudo fallamos en esto. Humanamente hablando, alabar al Señor por las tribulaciones es ilógico, sin embargo, hacer esto comienza a tener sentido cuando nos aferramos a la promesa de Dios de que toda las cosas ayudan a bien (Romanos 8:28). No estamos esperando en el Señor en vano. Aceptar la adversidad como un medio de crecimiento, es un concepto radical Aun más radical es el creyente que alaba al Señor por la tormenta. Pero los seguidores de Dios tenemos motivos para alegrarnos. Las tribulaciones aumentan nuestra paciencia, para que podamos mantenernos firmes.
La alabanza fluye de un conrazón que confia en el Hacedor de Milagros, prodigios y señales, del Gran Yo Soy, el Dios de los escuadrones de los ejércitos de Israel, del Todopoderoso, Soberano e Inmutable Dios. Alabamos al Rey que vive y reina por los siglos de los siglos amén.
Dios tiene la habilidad maravillosa de amarnos en medio de nuestras imperfecciones y quiere sanarnos. Pero para que pueda hacerlo, debemos estar dispuestos a recibir ayuda.
El propósito principal de cada una de nosotras que conoce a Dios es amarlo y disfrutar de Su presencia; porque sólo en Su presencia hay plenitud de gozo y delicias a su diestra para siempre
Por qué he de desanimarme? Por qué voy a preocuparme? Mi confianza he puesto en Dios. — Salmo 42:11
Mi Dios es má grande que mi problema! Mi Dios es Dios de lo imposible y de lo difícil Y me ama con amor eterno e infinito! En paz me acostaré y así mismo dormiré porque Él me hace vivir confiada
Busca agradar a Dios en todo lo que hagas. Trata de encontrar gozo en tu trabajo y en tu vida diaria. Evita la impaciencia. conoce que Dios nunca se apresura. No tomes decisiones importantes conturbado de espíritu Duerme en paz. Él te mostrará la estrategia para que siempre salgas victorioso y brillando como el oro fino, porque te ama!
Señor te pido que cada una de tus siervas de esta tu casa, siembren abundantemente para que puedan cosechar abundantemente. Que den como se proponen en su corazón, no de mala gana o por necesidad, porque tu amas al dador alegre