Me has dado un mundo en
el que toda la creación apunta hacia ti ya tu divino carácter y gracia.
Me has dado la oportunidad de unirme a todos los santos en oración
por la Iglesia y por su establecimiento en todos los lugares de la
tierra.
Anhelo verte en toda tu belleza y excelencia, y ese anhelo
me fortalece en mi peregrinación.
Anhelo que vengas de nuevo en poder y gloria.
Anhelo la redención de toda la creación, que gime
ser liberada de la sujeción a la decadencia.
Me deleito en la promesa
de que habrá un tiempo cuando lo veremos todo cara a cara en vez
de verlo reflejado borrosamente como en un espejo.
Lléname ahora
con tu Santo Espíritu como un medio para no solo amarte de forma
perfecta, sino para fortalecerme para las tareas que tengo aquí en la
tierra.