AMOR
PERFECTO
Nadie me
amó como Tú,
Nadie me
aceptó como Tú,
Nadie me
entendió como Tú,
Nadie
permaneció como Tú.
Pues Tú,
Amado mío,
Fuiste
capaz de vertir tu preciosa
Sangre
carmesí,
Sobre un
mortal madero
Para que
yo fuese alcanzada,
Con la
flecha de tu amor.
Gracias
mi Dios verdadero,
Por la
flecha
Que
enviaste a mi corazón,
y aunque
clavada en mi pecho,
Vaya por
estos caminos
Turbios
y terrenales...
Deje yo,
junto a Ti una estela brillante,
Una
estela rutilante,
Que jamás
se apague,
Aunque yo
desaparezca,
La estela
tuya y mía
vivan por
siempre en este mundo.
Amén
Tu sierva: Marita
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