Mi mente observa la soledad y la evita, escapa de ella.
Pero si no escapo de ella, ¿hay, acaso, una división, una separación,
hay un observador observando la soledad? ¿O sólo existe un estado
de soledad, un estado en que mi mente misma se siente vacía, sola?
No hay allí un observador consciente de la soledad. Creo que es
muy importante captar esto rápidamente, sin verbalizarlo demasiado.
Decimos: «Soy envidioso y quiero librarme de la envidia», de modo que
están el observador y lo observado; el observador desea librarse de eso
que «él» observa. Pero ¿no es el observador lo mismo que lo observado?
Es la mente misma la que ha creado la envidia; en consecuencia,
la mente no puede hacer nada con respecto a la envidia. Así, mi mente
observa la soledad; el pensador tiene conciencia de que se siente solo.
Pero si permanezco plenamente en contacto con eso, es decir, si no
escapo de ello, si no lo interpreto y demás, ¿hay diferencia alguna entre
el observador y lo observado? ¿O sólo existe un estado, el de la mente
misma que está vacía, sola? Entonces, al darse cuenta la mente de que
ella misma está vacía y de que cualquier esfuerzo, cualquier movimiento
que haga para alejarse de esa vacuidad es tan sólo un escape, una
dependencia, ¿puede dejar a un lado toda dependencia y permanecer así,
completamente vacía, completamente sola? Y si se halla en ese estado,
¿no está, acaso, libre de toda dependencia, de todo apego?
J. Krishnamurti - Vol. IX de las Obras Completas
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