En nuestra verdadera madre, Jesús, nuestra vida se funda en la sabiduría increada que todo lo prevé, junto con el poder omnipotente del Padre y la suprema bondad del Espíritu Santo.
Asumiendo nuestra naturaleza humana nos devolvió la vida, pues muriendo en la cruz nos condujo a la vida eterna.
Desde ese momento hasta el final de los tiempos, nos alimenta y nos ayuda, tal como el empeño lleno de amor y propio de la maternidad lo anhela y tal como lo desea el niño por su necesidad natural.
Es hermoso y dulce considerar en nuestra alma a nuestra madre del cielo, y, a sus ojos, son bonitos y queridos sus hijos en gracia, amables y humildes, tal como son los niños.
Pues, por naturaleza, el niño no desespera del amor de su madre, ni tampoco intenta fijarse de sí mismo. Una madre instintivamente ama a su hijo y el niño a su madre.
Estas bellas características y muchas otras agradan y valen para nuestra madre el cielo. No hay en esta vida un estado mejor que la niñez con
su debilidad, su necesidad de ayuda y su ignorancia; pues nuestra madre en la gracia nos introduce en el gozo del Padre.
NO HAY EN ESTA VIDA UN ESTADO MEJOR QUE LA NIÑEZ.
¿Cómo te ha alimentado y protegido Dios
como madre hoy?
¿Cómo es eso de intentar vivir como un niño, hijo de Dios? ¿Es fácil?
¿Difícil? ¿Es algo que satisface? ¿Es humillante? ¿Estuviste hoy disponible
para confiar en Dios como madre?
¿Podrías haber confiado más en ella?
ORACION DE LA NOCHE
MADRE AMOROSA, AYUDAME A DESCANSAR
EN EL SER COMO NIÑO.
QUE YO CONFIE EN TI PARA ESTAR BIEN.
QUE CORRA HACIA TI BUSCANDO TU CONSUELO.
QUE PUEDA TAMBIEN SENTIR IMPORTANCIA
Y ALEGRARME EN TU PRESENCIA
SABIENDO QUE TU ME LLEVAS A LA GLORIA DEL PADRE.
Qué hoy las flores florezca en tu corazón !!!
De: Juliana de Norwich.-
Glo