LE PEDí UNA MIRADA, UNA SONRISA, SUS MANOS, UN BESO
Le pedí una mirada, y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parece que decían:
¡No puedo darte más!
Le pedí una sonrisa. Al sonreírme
sonreía en sus labios la piedad,
y sus ojos parece que decían:
¡No puedo darte más!
Le pedí que sus manos me entregará
y al oprimir las mías con afán,
parece que en la sombre me decía:
¡No puedo darte más!
Le pedí un beso, ¡un beso!, y al dejarme
sobre sus labios el amor gustar,
me decía su boca toda vibrante:
¡No puedo darte más!