Sonreír es infeccioso; actúa como la Gripe,
cuando alguien me sonríe, empiezo a sonreír también.
Si otra persona vé mi sonrisa y sonríe también,
me doy cuenta que le he contagiado.
Si sientes que comienzas a sonreír, no escondas tu sentimiento,
compártelo y empieza una epidemia rápidamente, infecta el mundo.
Mantén la sonrisa viva