MI DIOS, QUE ERES LA CARIDAD, EL AMOR MISMO...
ayúdame a amarme a mí mismo en ti, por ti, para ti y a mi prójimo por amor tuyo. Que pueda poseerte a ti como mi único tesoro y mi única gloria, mucho más preciado que todas las criaturas.
Concédeme que me regocije en el amor perfecto que me tienes y en el amor eterno que recibes de todos los ángeles y santos que te ven cara a cara.
Que mis prójimos puedan ser capaces de llevar sus cargas como deseo poder llevar las mías.
Que no se preocupen por nada más que por ti y sólo por aquellas cosas que los conducirán a ti.
Sobre todo, ayúdame a recordar siempre que no tengo más de un alma,
ni he de morir más de una vez, ni tengo más de una vida breve y una,
que es particular, ni hay más de una gloria y ésta eterna.
Si hago ésto, como tú has prometido, habrá muchas cosas de las que no me preocuparé en absoluto y VIVIRÉ CON GRAN PAZ.
Nada me turbará.
PARA MI LA VIDA ES CRISTO Y UNA GANANCIA EL MORIR.
Oh Señor, en el silencio de esta noche déjame oir la voz de mi prójimo, tantas veces ahogada por el clamor de mis propias necesidades.
No permitas que me engañe pensando que puedo escuchar tu voz si no escucho la de ellos.
Tú me hablas en la voz de mi prójimo.
No puedo decir te amo, si no los amo a ellos como a mí mismo.
Ayúdanos, te ruego a llevar sus cargas, así como espero con tu ayuda poder llevar las mías.
Tu has prometido que habrá muchas cosas de las que tendremos que preocuparnos, que viviremos con gran paz y nada nos turbará.
Porque si te tenemos a ti, Dios, nada nos faltará.
SÓLO TU BASTAS.
Qué hoy las flores florezcan en tu corazón !!!
De: Teresa de Ávila.
Glo