Un paracaidista británico sobrevivió a una caída de tres mil metros tras fallar su paracaídas principal y el que llevaba de reserva. El paracaidista, quien no era un novato en el tema, vio cómo fallaba su paracaídas y después no pudo controlar el de reserva. Los últimos 300 metros se precipitó girando en espiral y cayó en el tejado de un hangar. El británico fue trasladado al hospital con heridas en la cabeza y los hombros, pero según declaraciones de sus amigos se encuentra en buen estado. "Lo vi caer y, al verlo volar en espiral, supe que algo no iba bien. Llamé a una ambulancia antes de que chocara", contó el dueño de la empresa de saltos en paracaídas, Colin Fitzmaurice según informa el diario chileno La Tercera en su versión on line. En su opinión, la construcción del tejado del hangar frenó el impacto, "si hubiera caído a un par de metros, habría chocado con hormigón". |