PRIMERA ANÉCDOTA
Esto realmente sucedió en
octubre pasado en una clase de la carrera de Medicina. El profesor estaba hablando de los altos
niveles de glucosa hallados en el semen. Una asistente levantó la mano y
preguntó:
- Si le he entendido
bien, está Usted diciendo que hay un montón de glucosa como en el azúcar, en el
semen masculino.
- Es correcto - respondió
el profesor. Levantando la mano de nuevo
la chica preguntó:
- Entonces, ¿por qué no
sabe dulce?.
Tras un silencio
estupefacto, la clase completa estalló en risas. La cara de la pobre chica se puso rojo
brillante cuando se dio verdadera cuenta de lo que, sin querer, había
dicho. Cogió sus libros sin decir una
palabra y salió de la clase para nunca más
volver. Sin embargo, mientras cruzaba la puerta, la
respuesta del
profesor fue clásica.
Totalmente serio, respondió a su pregunta:
-
No le sabe dulce porque las papilas gustativas
para el dulzor están en la punta de la lengua y no al fondo de la garganta.
LA SEGUNDA ANÉCDOTA
Una profesora universitaria
estaba acabando de dar las últimas informaciones a sus alumnos sobre el examen
final que harían al día siguiente.
Terminó diciendo que no
habría excusas para quien no acudiese al examen, a menos que se tratase de un
accidente grave, enfermedad o muerte de
algún pariente próximo. Un gracioso que estaba sentado al fondo de la clase preguntó con ese típico
aire de cinismo:
- De entre esos motivos
justificantes... ¿podemos incluir el de extremo cansancio por actividad
sexual?.
La clase explotó de risas
mientras que la profesora aguardaba pacientemente a que todos se callasen. Entonces ella miró al payaso y le respondió:
- Eso no es un motivo
justificativo. Como la prueba será tipo
"multiple choice" usted puede venir y escribir con la otra mano... ,
o puede usted contestar de pie, si es que no puede sentarse.
Y LA ULTIMA ANÉCDOTA
Un periodista llega a un
paraje montañoso para hacer un reportaje sobre la vida del lugar. Aborda uno de
los aldeanos y le dice :
- Por favor, cuénteme
algo anecdótico de esta región. El
aldeano comienza:
- Una vez se perdió una
cabra de nuestro rebaño, y como es la costumbre, nos reunimos todos los de la
aldea, bebimos todas las botellas de vino y salimos juntos a buscarla al monte.
Cuando la encontramos, como es la
costumbre, volvimos a beber y uno por uno hizo sexo con la cabra...
El periodista interrumpe:
- Oiga, este reportaje será publico. Mire,
mejor me cuenta algo alegre de la
región.
- Bien, una vez se perdió
en el monte la mujer de un vecino y, como es la costumbre, todos bebimos y salimos
en su búsqueda. Al encontrarla, como es
la costumbre, bebimos y cada uno hizo sexo con ella... El periodista no soportó más y con el fin de
evadir ese tema, le dijo al aldeano:
- Mire, mejor cuénteme
algo triste.
El aldeano, limpiándose
una lágrima que comenzaba a salir de sus
ojos,
continuó:
-
Una vez yo me perdí en el monte...