¿Eres un buscador?
En el mágico juego de la vida, la Tierra es una escuela.
Las enseñanzas son vivenciales y personalizadas.
Sé que vine a aprender. Vine a evolucionar.
Estoy de paso. Y me iré como llegué, solo.
Nadie sabe cuánto tiempo permanecerá.
Lo único seguro es que todos
partiremos con rumbo desconocido.
Esta situación a algunos los paraliza. A otros,
los desconcierta. A mí, en cambio, me moviliza.
Siento la necesidad imperiosa de saber quién soy,
así como de conocer mi misión en este plano.
Mi vida se ha convertido en una búsqueda constante.
Si me preguntan a qué me dedico, respondo: SOY UN BUSCADOR.
Esa definición tal vez no esté bien vista por la maquinaria social,
que instintivamente etiqueta, clasifica y busca seguridad y orden,
para poder uniformar y nivelar hacia abajo…
de manera que el espíritu no vuele y el corazón se asfixie..
La apertura de conciencia en la era actual es lo más
parecido a pretender sacar patente de loco.
Todo parece conspirar para que el alma quede presa
de un cuerpo inconsciente, atado a instintos primarios
que no dejan lugar para planteos vitales.
Minuto a minuto, los medios de comunicación denuncian
que el mundo se cae a pedazos. La naturaleza llora y se retuerce de dolor,
pero el hombre permanece indiferente.
Pareciera que gran parte de la humanidad
no está dispuesta a cambiar.
No quiere que se la despierte. Está dormida.
¿Qué hace un buscador en medio de tanto
despilfarro de mediocridad e indiferencia?
Simplemente, sobrevive.
Abundan definiciones sobre lo que implica ser un buscador.
Desde mi óptica limitada, un buscador es aquel que,
movido por la insatisfacción y la duda,
comienza a peregrinar con el propósito de saber.
"Cuando tú ames lo que eres,
sin importar cómo seas, entonces conocerás esta
magnífica esencia que yo amo, que se halla detrás
de todos los rostros y dentro de todas las cosas