La verdadera felicidad no se alcanza por la concreción de todos y cada uno de tus deseos. Puedes concretar una cadena interminable de anhelos y deseos y aún así arreglártelas para ser infeliz.
Y entonces, ¿cómo y de dónde viene esa felicidad? Llegará, así de simple, cuando tú se lo permitas.
Aunque tu vida pueda estar llena de desafíos y dificultades, aún así puede ser genuinamente feliz. Ya sea que estés cerca de alcanzar tus metas, o muy lejos de ello, o que las hayas alcanzado hace tiempo, la verdadera felicidad siempre está al alcance de tu mano.
El mundo que te rodea y su cultura podrían convencerte de que necesitas esto o aquello para poder ser feliz. Pero en realidad, no necesitas ninguna otra cosa que dejarlo ser.
En lugar de esperar o anhelar o buscar una razón para ser feliz, dale forma a una manera de ser feliz que esté hecha a tu medida. Algo tan sencillo como una sonrisa puede ponerte en marcha, y eso es algo que podrías hacer ahora mismo.
Deja de lado la idea de que tienes que aferrarte a algo o luchar para alcanzar la felicidad, y simplemente déjalo ser. Eso podría marcar, inmediatamente, una enorme diferencia