Los humanos somos raros
¡Pero qué raritos que somos los humanos! De todos los animales de la naturaleza, sin duda nosotros nos llevamos la palma. Nacemos y somos completamente dependientes de nuestros progenitores. Nos cuesta un año mantenernos en pie; dos, hablar. Nos pasamos nuestra segunda década de vida en constantes turbulencias: se nos deforma el cuerpo, nos cambia la voz, nos salen pelos. Ayudamos a los demás, aunque eso vaya en detrimento propio. Nos enamoramos y nos sonrojamos cada vez que vemos pasar al ser amado, delatándonos. Le escribimos canciones de amor, poemas; dibujamos su cara mil y una veces. Intentamos ser ingeniosos para sorprender al otro. Morimos por un beso suyo.
Aunque todos estos atributos y comportamientos puedan parecer a simple vista insustanciales o frívolos, e incluso poco beneficiosos, lo cierto es que nos diferencian de los animales y explican qué es lo que nos hace personas. Muchos continúan siendo un misterio para la ciencia. Hace algunos meses, la prestigiosa revista de divulgación científica americana NewScientist publicó una lista de comportamientos inexplicables del ser humano. Estos son algunos de ellos.
1 Sonrojo Sin saber cómo ni por qué, cada vez que te cruzas con el vecino del cuarto sientes un cosquilleo por todo el cuerpo; tus pupilas se agrandan; tu corazón entona una batucada; y… muy a tu pesar, los vasos sanguíneos que irrigan tus mejillas se dilatan, lo que hace que te ruborices y que, inevitablemente, te delates. Parece que nuestro cuerpo, a veces, nos juega una mala pasada, tal como se percató Charles Darwin, el padre de la teoría de la evolución y de la biología moderna. Observó que hay animales que cambian de color, como el calamar, cuando están estresados o debido a un proceso hormonal, pero que sólo las personas lo hacen como una expresión. ¿Curioso, no?