Quedaban pocos detalles para la inauguración del estadio de fútbol en la localidad palestina de Al Bireh en diciembre. Pero los planes podrían verse frustrados, pues Israel amenaza con la demolición. No parece importarle que el estadio tenga el patrocinio de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).
«La victoria del fútbol», proclamó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, hace un año en Cisjordania, donde puso la primer piedra del estadio de Al Bireh, construido con fondos de Alemania y Francia.
Las autoridades israelíes exigen ahora que los terrenos vuelvan a «su estado original» antes de siete días. El pecado es que parte del estadio está en el área C, el territorio palestino bajo control israelí. Más del 60% de Cisjordania, donde los palestinos deben pedir permisos para levantar cualquier infraestructura, rara vez obtienen autorización, mientras ven que en esos mismos terrenos no paran de crecer los asentamientos.
Más de 180 viviendas, establos o cisternas de palestinos han sido demolidas este año en el área C. La próxima excavadora israelí podría dirigirse contra el estadio, si no lo impide la diplomacia del deporte o la comunidad internacional.