De viva voz, personalmente, por teléfono, por e-mail o en una carta, decir cada día a un miembro de la familia o a un amigo que se piensa en él y se le quiere.
Cuando la gente no está ya aquí, es demasiado tarde para confiarles la importancia que tenían para nosotros y el amor que sentíamos por ellos.
(desconozco autor)