¡SÉ COMO LA LIEBRE!
Un día una joven, dando un
paseo por el monte, vio sorprendida que
una pequeña liebre le llevaba comida
a un enorme tigre malherido que
no podía valerse por sí mismo.
Le impresionó tanto al ver este hecho,
que regresó al siguiente día para ver
si el comportamiento de
la liebre era casual o habitual.
Con enorme sorpresa pudo comprobar
que la escena se repetía: la liebre
dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre.
Pasaron los días y la escena se repitió
de un modo idéntico, hasta que
el tigre recuperó las fuerzas y
pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirada por la solidaridad y cooperación
entre los animales, se dijo:
"No todo está perdido. Si los animales,
que son inferiores a nosotros,
son capaces de ayudarse de este modo,
mucho más lo haremos las personas."
Así que la joven decidió rehacer la experiencia...
se tiró al suelo, simulando que estaba herida, y
se puso a esperar que
pasara alguien y la ayudara.
Pasaron las horas, llegó la noche y
nadie se acercó en su ayuda.
Siguió así durante todo el
día siguiente... y el siguiente...
Ya se iba a levantar, con la convicción
de que la humanidad no
tenía el menor remedio,
cuando sintió dentro de sí
todo el desespero del hambriento,
la soledad del enfermo y la tristeza del abandono.
Su corazón estaba devastado, ya casi no tenía fuerzas para levantarse.
Entonces allí, en ese instante, oyó...
¡Con qué claridad, qué hermoso!
Era una voz, muy dentro de ella, que decía:
"Si quieres encontrar a tus semejantes,
si quieres sentir que todo ha valido la pena,
si quieres seguir creyendo en la humanidad...
deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre."
EXISTEN DOS CLASES DE PERSONAS
Las que pasan la vida soñando y las que dan vida a sus sueños. Las que sueñan con logros y las que logran sus sueños. Las que siguen las huellas y las que las dejaron. Las que ven para poder creer y las que creen antes de ver. Las que te pisan al subir y las que suben a ayudar. Las que te dan confianza y las que te la quitan. Las que dan sin pedir a cambio y las que te piden el cambio. Las que se asoman por la ventana y las que se salen por ella. Las que nacen, se reproducen y mueren y las que nacen, producen y nunca mueren...
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