¡Si yo no pido tanto! Amor es lo que pido. Briznas de amor para esta sed del mundo, tan grande y tan sumisa. Un diminuto amor, pero constante, que dé su mano al que su mano tienda, que limpie las miradas y los ojos llene de dulcedumbre. Algo de amor en esos corazones que no aman a los niños, que son capaces de cegar a un pájaro, de aplastar las hormigas. Algo de amor; apenas un murmullo de amor en cada pecho de criatura hacia todos los seres, hacia todas las cosas.
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