Un banco de Bringhamton (Nueva York) envió un ramo de
flores a un banco de la competenciacon motivo de la inauguración de sus nuevas
instalaciones. Por una confusión, la tarjeta que acompañaba las flores decía:
"Nuestras más
sinceras condolencias".
Poco después, la florista que había cometido
el error llamó al banco para ofrecer sus disculpas. Lo que más le
preocupaba, agrego la muchacha, era que el otro ramo, enviado a un funeral,
llevaba el saludo destinado originalmente al banco:
"Felicitaciones por
su nuevo domicilio".
Para el cristiano, y para todo aquel que crea en
el Ser Superiormorir es como mudarse a una vivienda mejor. Estar con Dios en
un lugar hermoso, dejar atrás pesares y dolores y reencontrarse con sus seres
queridos. Debe ser causa de esperanza, no de temor. Así pues, al
creyente que fallece podemos sin duda felicitarlo por su cambio de
domicilio
lindo fin de semana
amiguis
besitos de manzana
acaramelada
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