Decir que estamos hechos a la medida es simplificar esta compleja y significativa cadena de ocurrencias, pienso en cada hecho sucedido para que al fin, un día, estuviéramos frente a frente, descubriéndonos, reconociéndonos la mitad el uno del otro.
Decir por ejemplo que tus padres se conocieron, en tales o cuales condiciones y de ellos naciste, que la vida complementó poco a poco esa forma de existencia tuya y que por mi parte todas esas cosas ocurrieron igual pero de distinta manera.
Dime quién, sino Dios, que todo lo sabe y lo calcula, ha sido el artífice, el autor intelectual de esta complicidad tuya y mía, de este amor que se nos desborda, que no cabe en nosotros que exudamos, que exhibimos sin darnos cuenta.
Quién, sino Él, que conocía mis sueños, tus utopías, Quién, sino Él, que te dejó libre justo cuando La puerta de mi jaula estaba por abrirse Quién, sino Él, que nos hizo de esta especial manera Y luego nos puso al uno frente al otro Para provocar reacciones en cadena entre nosotros.