ME RIO DE LA VIDA
Han sido mucho los golpes recibidos, las traicciones que me han dañado,
cada vez, los obstàculos encontrados son màs grandes y dificiles.
He perdido la cuenta de los escarnios e infamias que sido vìctima,
siempre tengo presente las burlas e irònicas carcajadas cuando de mi se mofaban.
Y sin querer recordaba la frase que mucha gente me referìa:
"Ay mi hijta, es que muchos nacen con estrella, pero tu naciste estrellada"
Cuando la negra noche me cubre con su manto, los amargos recuerdos brotan
incesantes en mi mente, mi rostro luce cubierto de cristalino torrente
formado de amargas làgrimas que laceran mi alma.
Han sido muchos las puñaladas recibidas, unas arteramente planeadas,
otras casualidades del destino, pero todas causando profundas heridas,
minando fuerzas, lastimando el alma.
El ùltimo golpe recibido, es la cruel noticia que el mèdico me ha comunicado.
Allgo fuera de lo normal sucede en mi cuerpo.
baje la guardia y decidì rendirme.
¡No màs lucha, todo aguì termina! No quiero continuar asì...
Me reptìa a si misma una otra vez, sintiendo que desfallecìa.
sin ànimo para continuar en la lid de la vida.
Pero al llegar a casa y ver:
A mi madre postrada en su lecho de enferma,
que angustiada preguntaba: ¿Què te sucede hija?
La mirada perdida de mi esposo, por la preocupaciòn
que lo embargaba, que nada le ayudaba
para controlar su enfermedad.
Los rostros de mis hijos con la angustia reflejada,
la mirada brillosa por la làgrima controlada,
con una mueca de sonrisa, para infundirme
ànimos y no verme derrotada.
La solidaridad de mi familia y amigos sinceros,
siempre pendientes, con sus mejores deseos
y oraciones, conmigo estaban.
Los ojitos inquietos de mis nietos queridos,
que interrogantes en silencio cuestionaban,
el porque de mi apatìa, cuando era yo
la que siempre al juego y algarabìa
los incitaba.
Ahora eran ellos que ansiosos intentaban
arrancarme una sonrisa.
Todo esto sacudiò mi alma, estrmeciò mi ser y ...
Respire profundo,deseando obtener fuerza de mi flaqueza.
Me llenè de rabia e impotencia, contra el destino:
¿Porquè siempre yo?
me preguntaba una y otra vez, mientras mil sentimientos encontrados me consumìan..
Limpie con ira y decisiòn mi cara, sacudì con fuerza
mi cabeza, erguì con orgullo mi pecho
y con impetù dije: ¡No mas!
¡Basta, Araceli! ¡Nada de compasiòn!
¡Esto no es lo ùltimo y no te vencerà!
Si Dios ha decidido esto, es porque conoce tu espìritu
indòmito y tu grandeza, sabe que venceràs.
Asi es que ¡Basta de cobardìa y tristeza!
No permitirè que la vida se ria de mi...
Mejor... ¡Me riò yo, de la vida!
Aracely Casas
Abril 2010.
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