El viernes cumplía años un amigo de mi novio y nos juntamos
a comer un asado en su casa. Mientras comíamos y bebíamos fueron saliendo distintos
temas de conversación hasta que
llegamos a tocar el tema “infidelidad”. La conversación fue captando la atención
de casi todos los presentes. Comenzamos poniendo ejemplos de conocidos
que habían vivido en carne propia la sensación de hacer o ser cornudos. De a poco todos fueron dando sus opiniones sobre los
distintos “casos” hasta que tocamos el de
Pablo y Carla, unos amigos del cumpleañero
que yo no conozco. Comentaron que ellos se conocieron en la adolescencia, se
casaron a los 24 y hoy, con 35, tienen 2 hijos. En pocas palabras contaron que venían atravesando una profunda crisis
de pareja desde hace ya un año y, dos meses atrás, él la
engañó durante una despedida de solteros. Ella nunca se enteró pero, a partir de ahí, él quiere recomponer
su matrimonio más que nunca. Las mujeres presentes saltamos a gritar que este Pablo
era un cretino, irrespetuoso, cobarde e inmaduro. La conversación fue subiendo el tono hasta que Miguel mencionó la frase
“contextualizació n de los cuernos”. -Si bien resulta imposible justificar una infidelidad, hay veces
que se justifica y hasta puede llegar a salvar una relación,- dijo Miguel. -Hay que analizarla en el momento de cada uno y de su pareja.
Hay veces que unos cuernos ayudan a salvar a un gran amor- comentó. -Ya sé que todos van a saltar a hablar del respeto, el amor eterno,
el compromiso. Seamos razonables en
decir que todas las parejas atraviesan momentos. Momentos explosivos, momentos
pasivos y momentos caóticos. El fantasma de la infidelidad se asoma en algunos de esos momentos
y más de uno cae en su trampa. Esta trampa que luego
llena de culpa y vergüenza y que hace que
muchas veces se replanteen y reevalúen las cosas- comentó. -¿Se puede ocultar una infidelidad a la pareja?- le dije. -No sólo creo que se puede sino que también se debe- me dijo. Que el otro sepa o imagine que le fueron infiel
genera una cantidad de sentimientos negativos
de los cuales no existe el retorno. La ira y la desilusión de sentir que nuestra pareja estuvo en
la cama con otro no puede perdonarse jamás. Ahora bien, esto sirvió para llevarlo a generar un sentimiento
nuevo hacia su esposa. Un deseo de jugarse
nuevamente por su pareja y un envión
para apostar por renovar el compromiso que
realizaron en otro “contexto”. -¿Una noche de joda puede despertar en él el deseo
de salvar su pareja?,
no digas pavadas – le contesté. -No sé- me dijo, pero a él le sirvió. -Una noche de sexo con una
desconocida no es tan grave como para
derrumbar un compromiso
tan profundo con una persona- me dijo. -Estas loco- le contesté, -todas las infidelidades son iguales-. Realmente considero que el tema de la infidelidad es uno de esos
que hace que todos, hasta el más callado del grupo, quiera
mostrar y compartir su opinión. “Contextualizació n de la infidelidad”…
¿Justifica el hecho?
sacado de internet
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