El amor humano es complejo, es misterio que no se puede agotar en una definición, pero se pueden señalar sus características.
El amor es una fuerza: Es una fuerza que impulsa hacia el otro, hacia el encuentro y la comunión, de ahí el anhelo de proximidad que se pone en movimiento para acercarse al otro, de ahí la experiencia de estar unidos aunque la distancia los separe físicamente, es sintonía con otro.
El amor es un si al otro: Afirma y da seguridad, es aceptación del otro con sus cualidades y defectos, y al mismo tiempo es fuerza renovadora y transformadora que cambia lo negativo en positivo por amor al otro. Da vida al otro, lo hace alguien especial, lo hace inigualable pero respeta su originalidad personal a través de la relación.
El amor es libertad: Es el encuentro de dos seres libres. Es un sí dado libremente que excluye el engaño y el capricho e implica fidelidad, que conlleva a un compromiso en que ambos descubren y manifiestan su capacidad de aceptarse y sentirse en forma incondicional, sin buscar el mal para la dignidad del otro.
El amor es realidad: El amor no se sueña, se vive como una realidad, con todas las limitaciones que ella le impone. Se exterioriza, se expresa y espera respuesta. Es sacrificio en el sentido propio de la palabra, darse a si mismo, despojarse para ofrecerse al otro. Es alegría y paz conquistadas.
El amor es esperanza: Porque espera el uno en el otro y juntos esperan realizar plenamente su felicidad. Para ser amado es necesario amar, cultivar su amabilidad, cultivar sus cualidades, aquellas que le hagan ser todo lo que el otro ama. Ello implica crecer y ayudar a crecer.
(Desconozco autoría)
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