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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 23/05/2010 00:12 |
Dejar ir
Permito que la voluntad de Dios sea mi voluntad.
Cuando estoy enojado o tengo miedo, puede que una parte de mí quiera responder bruscamente o esconderse. Sin embargo, parte de mí sabe que estas reacciones no tendrán un resultado positivo.
Para romper este ciclo, me detengo y respiro profundamente, alineándome con Dios. La oración de fe me recuerda: “Dios es mi ayuda en toda necesidad”. Pongo mis pensamientos a tono con el amor y la paz de la presencia moradora de Dios. Sigo el ejemplo de Jesús y permito que la voluntad de Dios sea la mía. Sé que cualquier cosa que la voluntad de Dios disponga para mí, será siempre buena. Dispongo responder a cualquier circunstancia o reto con sabiduría y paz.
Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.— Marcos 3:35
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De: TATIS-7 |
Enviado: 23/05/2010 20:47 |
Trascender
Soy espíritu divino, por ende puedo trascender mis circunstancias.
Aveces, quizás trate de cambiar o controlar una situación voluntariosamente. Mas cuando oro, voy más allá de la voluntad. La oración me ayuda a resolver cualquier reto con una actitud espiritual.
Al orar, libero la situación y afirmo: Soy espíritu divino, por ende puedo trascender mis circunstancias. Soy un ser espiritual que tiene una experiencia humana. Al mantener mi atención en Dios disfruto de luz, vida y amor.
Tengo en mí recursos espirituales no utilizados, poderes espirituales no ejercidos, planos del ser no explorados. Al elevar mi conciencia por medio de la oración, avivo e invoco la expresión de las cualidades y poderes espirituales que trascienden mi comprensión humana.
Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.—Hechos 1:8
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