El dueño de un almacén oyó cómo uno de sus dependientes le decía a una clienta:
-No, señora, ya hace bastantes semanas que no la tenemos,
y no parece que vayamos a tenerla en unos cuantos días…
Horrorizado por lo que había oído,
el dueño se precipitó hacia la clienta cuando ésta se disponía a salir,
y le dijo:-Disculpe usted al dependiente, señora.
Por supuesto que la tendremos muy pronto.
De hecho, hemos cursado un pedido hace un par de semanas…
Luego se llevó al dependiente y le regañó:
-¡Nunca jamás se le ocurra decir que no tenemos algo!
¡Si no lo tenemos, diga que lo hemos pedido y que lo estamos esperando!
Y ahora dígame ¿qué es lo que quería esa señora?
-Lluvia -respondió el dependiente.
Habríamos dado un gran paso si, ante todo,
habláramos menos y escucháramos más
y no diéramos por supuesto que sabemos de lo que el otro está hablando.
Anthony de Mello
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