Diferencias importantes
En la investigación, los participantes fueron divididos en dos grupos: los que consumían una dieta basada en alimentos completos, que incluyen frutas, vegetales y pescado, y los que ingerían principalmente comida procesada.
Después de tomar en cuenta factores como el género, la edad, la educación, los niveles de actividad física, el tabaquismo y las enfermedades crónicas, los científicos detectaron una "diferencia significativa" entre ambas dietas y el riesgo de depresión en el futuro.
Los que comían mayoritariamente alimentos completos mostraron un riesgo de depresión futura 26% menor que aquellos que ingerían menos alimentos completos.
Sin embargo, los que consumían una dieta alta en comida procesada exhibieron un riesgo de contraer la enfermedad 58% mayor que quienes se alimentaban con muy pocos productos procesados.
Hace unas semanas, otro estudio realizado en España mostró que las personas que se alimentaban con la llamada dieta mediterránea -rica en frutas, vegetales y pescado- tenían 30% menos riesgo de desarrollar depresión.
Pero tal como señalan los autores de la nueva investigación, quizás hay un factor relacionado con el estilo de vida que no se ha tomado en cuenta para explicar el efecto protector.
"El estudio (español) mostró que la dieta mediterránea estaba asociada a un menor riesgo de depresión", afirmó la doctora Archana Singh-Manoux, una de las autoras del trabajo británico.
"Pero el problema es que, si usted vive en un país como el Reino Unido, las probabilidades de que consuma una dieta mediterránea no son muy altas", añadió.
"Así que quisimos analizar de forma un poco diferente el vínculo entre la dieta y la salud mental".
Efecto combinado
Según los científicos, hay varios factores que podrían explicar estos resultados.
En primer lugar, el alto nivel de antioxidantes en las frutas y vegetales podrían tener un efecto protector, como se ha demostrado en estudios previos.
El folato, que se encuentra en grandes cantidades en vegetales como el brócoli, la col y la espinaca y las legumbres secas -como lentejas y garbanzos- podría tener también un efecto protector similar.
En segundo lugar, afirmaron los investigadores, el consumo abundante de pescado podría proteger contra la depresión debido a sus altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados, que son un componente importante de las membranas neuronales en el cerebro.
En tercer lugar, es posible que una dieta de alimentos completos proteja contra la depresión debido al efecto combinado de consumir nutrientes de muchos tipos diferentes de comidas, y no sólo es el efecto de un solo nutriente.
Los investigadores creen que el consumo de productos procesados podría estar asociado al mayor riesgo de depresión debido a la asociación que existe entre esta dieta y el mayor riesgo de enfermedades coronarias e inflamación, que -se sabe- juegan un papel en el desarrollo de la depresión.
Sin embargo, subrayaron que es necesario llevar a cabo más estudios para confirmar este vínculo.
Lo cierto, según los científicos, es que el consumo de una dieta sana no sólo puede generar beneficios para la salud y bienestar humanos, sino que también puede ser una herramienta muy importante para prevenir trastornos depresivos en años posteriores de la vida.