Sé que este día es mi oportunidad de guardar los buenos recuerdos del pasado y conservarlos como presentes que me hicieron sonreír.
Sé que este día me da la oportunidad de dejar atrás todo aquello que yo permití que me hiciera llorar y, que podré conservar conmigo las lecciones que aprendí.
Sé que esas lecciones me volvieron más fuerte para vivir en el día de HOY.
Sé que, sea como sea, así como tantos otros que ya pasaron, este día también pasará.
Gracias, Vida, por otra jornada de 24 horas, por traerme -por lo menos- otras 24 lecciones.
Gracias por darme la conciencia de que el día de ayer me trajo informaciones que HOY puedo usar o desechar.
Y gracias, sobre todo, por probarme cada día que el mañana es algo que está fuera de mi control, sin que pueda ser blanco de la flecha de la preocupación que ciertamente se perdería.
Gracias, Vida, por enseñarme HOY que todavía no existe el futuro, que ya no existe el pasado y que yo solamente puedo actuar en el momento presente,
¡Confiando en la mano de Dios todo lo que para mí fue planeado!.