Clases de incontinencia urinaria
Dependiendo del momento en el que la orina se nos escape o de la cantidad podemos hablar de 5 tipos diferentes de incontinencia:
La incontinencia por esfuerzo o estrés es la más común y tiene lugar cuando nos reímos a carcajadas o tosemos con mucha fuerza, por ejemplo. Suelen padecerla las mujeres después del parto o las menopáusicas.
La incontinencia por urgencia se debe a una contracción involuntaria de la vejiga provocando una pérdida que, puede llegar a ser significativa. Los síntomas son la necesidad de acudir al baño a todas horas aunque no se expulse nada.
La incontinencia por rebosamiento se debe a una saturación de la vejiga que ya no puede contener más orina. Las personas que sufren este tipo tienen un constante goteo y, aunque acudan al baño con regularidad, nunca tienen la sensación de haberse vaciado por completo.
La incontinencia funcional impide contener la orina por motivos que nada tienen que ver con la vejiga sino que, se trata de una enfermedad crónica o problemas de movilidad.
La incontinencia refleja se produce la perder le control sobre los mecanismos de funcionamiento de la vejiga. Es culpa de algún tipo de lesión o de una intervención quirúrgica.
Consejos a seguir
Una vez que se padece y, mientras se sigue el tratamiento adecuado, es muy importante seguir una
rutina de higiene para poder llevar una vida lo más normal posible. A continuación vamos a detallar algunos consejos que pueden ser útiles:
Es muy importante que lleves una vida lo más aseada posible. Aunque sólo te duches una vez al día, procura lavarte, por lo menos, otra vez a lo largo de la jornada.
Procura tener la piel limpia y seca para evitar que te aparezcan irritaciones y rojeces que te puedan resultar molestas posteriormente.
Echa siempre en el bolso un paquete de toallitas húmedas por si te ves en la necesidad de hacer uso de ellas fuera del hogar.
Haz un hueco también a un frasco pequeño de colonia para combatir el olor que pueda desprender la orina.
Puedes probar a usar pañales absorbentes. Actualmente han mejorado mucho su composición y son más parecidos a compresas finas que a pañales propiamente dichos.
Puedes meter una muda de ropa interior en el bolso por si en algún momento te ves incómoda con la que llevas puesta y crees conveniente cambiarte.
Cuando salgas, no abuses de los líquidos o tu problema se agravará. Bebe con tranquilidad.
Tratamientos
Una vez que nos decidimos a acudir al médico éste puede mandarnos tratamientos a base de fármacos o tratamientos rehabilitadores (sin el uso de medicinas)
Los
tratamientos rehabilitadores son aconsejables en mujeres que padecen incontinencia urinaria de esfuerzo y se basan en reforzar la musculatura pélvica. El más conocido son los
ejercicios de Kegel.
Según enfermeras del ‘Hospital Gregorio Marañón’ de Madrid, estos ejercicios ‘imitan el movimientos que hacemos cuando nos aguantamos las ganas de orinar. Son bastante efectivos si los practicamos
habitualmente durante unos diez minutos. Hay que tomarlo como una gimnasia diaria’.
Otros tratamientos rehabilitadores que podemos utilizar, aunque son menos conocidos son: el uso de
estimulaciones eléctricas en los nervios que participan en la micción y la utilización de
conos vaginales, que son como pesas que se van colocando en la vagina, para ir fortaleciéndola.
Dentro del tratamiento farmacológico los que más se utilizan son los
‘anticolinérgicos’ como la tolterodina o el trospio, que aumentan la capacidad de retener orina.
Según nos explicaban enfermeras del ‘Hospital Gregorio Marañón’ muchas personas que padecen este problema “no toman nada, se dedican a ponerse pañales y con eso lo van solucionando cuando, en muchas ocasiones, con tratamiento farmacológico el problema se ve considerablemente
reducido”. Es muy importante que seas consciente del problema y acudir al médico en el momento preciso porque, aunque no es una afección grave de salud, sí que influye en las relaciones sociales que conforman nuestra vida.