El primer paso es conocer cómo funciona nuestro organismo, qué es lo que no está funcionando bien y por consecuencia, está causando esas desagradables marcas en las piernas y que, además, en la mayoría de las ocasiones nos generan dolor.
Más allá de lo estético, es importante darnos cuenta que si no lo detenemos en su inicio, pude originarnos, con el tiempo, problemas graves de salud.
A través de nuestras arterias se transporta sangre oxigenada hacia los tejidos para llevar nutrientes a cada una de nuestras células, esta sangre, una vez que depositó estos componentes, tiene que regresar al corazón y de ahí, a los pulmones para recargarse de oxígeno y así abastecer constantemente de él a todas las células.
Este regreso de la sangre sin oxígeno hacia el corazón es a través de las venas, vasos tubulares similares a las arterias de diversos tamaños, pero en sus paredes internas se encuentran unas válvulas muy pequeñas, las cuales impiden que la sangre regrese hacia el corazón. Es aquí en donde el problema de varices empieza; si estas válvulas no funcionan bien, la flujo de la sangre no es adecuado y se empieza a acumular en las venas, dilatándolas e hinchándolas. Esto puede originar cambio de color, dolor, comezón, calambres, sensación de pesadez, úlceras en las piernas e incluso hemorragias por la rotura de la vena.
El primer paso para atacar las varices es evitar la obesidad, estar de pie o sentado por periodos muy largos, el estreñimiento, cruzar las piernas cuando estés sentado y/o levantar cosas pesadas.
Las siguientes recomendaciones te ayudaran a lograr una mejor circulación para contrarrestar las várices:
1. Llevar una dieta baja en grasa y en carbohidratos refinados, comer mucho pescado, frutas y verduras frescas.
2. Comer mucha fibra para evitar el estreñimiento y mantener limpio el intestino.
3. Evitar la proteína de origen animal. Los alimentos procesados y refinados, el azúcar, el helado, quesos, tabaco, alcohol y sal.
4. La Coenzima Q10: mejora la oxigenación de los tejidos y aumenta la circulación y la inmunidad.
5. Ácidos grasos esenciales: mitigan el dolor y ayudan a preservar la flexibilidad de los vasos sanguíneos. Los encuentras en pescados, aceites prensados en frío, semillas de girasol, calabaza, linaza y chía.
6. Vitamina C; una deficiencia de esta vitamina y de bioflavonoides debilita la estructura colágena de las paredes de las venas. La vitamina C, reduce la tendencia a la coagulación, la encuentras en la mayoría de las frutas, principalmente en la guayaba, cítricos, brócoli, hojas verdes y germinados.
7. Vitamina E; evita que se adhieran placas a las paredes de las venas, los aceites vegetales son muy buena fuente de esta vitamina.
8. Ajo: un estupendo aliado de la circulación.
9. Magnesio y Calcio: juntos ayudan a reducir la tendencia de coagular de manera anormal la sangre.
10.Después de bañarse, se puede aplicar aceite de ricino o compresas de infusión de caléndula en las venas afectadas y masajear en dirección ascendente comenzando en los pies.
Por Cristina Orendain