El infarto cerebral o ictus se produce cuando una arteria del cerebro se obstruye o se rompe y deja de suministrar riego sanguíneo a las células del cerebro. Éstas dejan de recibir oxígeno y acaban muriendo.
Detectar los síntomas del ictus es primordial para poner remedio antes de que suceda, y es que es importante saber los síntomas que presenta y los grupos de riesgo.
El adormecimiento en partes de la cara como los labios, los ojos que se quedan torcidos… son algunos de los síntomas. Pero no solamente en la cara, sino que también los adormecimientos de las extremidades puede ser un síntoma.
El dolor de cabeza, los mareos o la pérdida de conciencia pueden ser síntomas, al igual que tener problemas para ver o mantener una conversación. Otro síntoma es la detección de determinadas sustancias químicas que libera el cuerpo cuando va a sufrir un ictus. Éstas se detectan con un simple análisis.
Pero el ictus se puede evitar siguiendo una serie de pasos encaminados a prevenirlo. Es importante controlar la presión arterial, pues una tensión alta es un síntoma de una mala circulación sanguínea que puede desembocar en un infarto cerebral.
Mantener una alimentación adecuada es primordial. Debe ser equilibrada, baja en sal y sobre todo debemos evitar las grasas saturadas que son las principales causantes del colesterol y los triglicéridos en sangre. No fumar ni beber alcohol es una buena baza para evitar el ictus.
El ejercicio físico es un buen aliado para evitar el ictus, y es que nuestro cuerpo funcionará mejor, pues evitaremos la fijación del colesterol en las arterias. Además, mantendremos nuestro sistema cardiovascular más joven.
Es importante realizar análisis de sangre periódicamente sobre todo si tenemos antecedentes familiares, o si tenemos una edad crítica para sufrir infarto cerebral que se sitúa entorno a los 50 años. En el caso de las mujeres el riesgo aumenta con la menopausia.
Es importante que mantengamos un estilo de vida sano para mantener nuestras arterias jóvenes y sanas. A pesar de todo es primordial la detección de los síntomas para que el infarto cerebral no tenga consecuencias graves para nuestra salud.