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General: LA PALABRA DIARIA MES DE ENERO
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 03/01/2011 19:08 |
Creatividad
Diseño mi vida en cooperación con lo Divino.
En esta experiencia humana, ¿qué es lo que más me gusta hacer? ¿Qué hace que mi espíritu se remonte? Quizás sea bailar, cantar o tocar la guitarra. Tal vez dibujar, pintar o tallar madera. Cualquiera que sea la actividad, determino añadirla a mi rutina.
Expresar creatividad eleva mi espíritu y me llena de energía. Permito que el entusiasmo y los dones innatos cobren expresión. Mi mente y cuerpo se avivan a medida que me unifico con el poder creativo del Espíritu.
Permito que este poder irradie por medio de mí de maneras nuevas. Disfruto de una vida rica y abundante a medida que demuestro receptividad al continuo fluir de las ideas divinas que surgen de mi interior.
Y lo ha llenado del espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte.--Éxodo 35:31
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Creo
Hay una sola Presencia y un solo Poder, Dios, el Bien.
Dios está presente en todo y por medio de todo. Mis seres queridos y yo nunca estamos solos. No existe reto u oportunidad que esté más allá de la presencia de Dios. Al confiar en esta Presencia, me libero de todo miedo y aprehensión.
Hay un solo Poder en el universo, Dios, el Bien. No existe entidad, persona o situación que tenga el poder de impedir la expresión del bien divino que mora en mí. Al asirme a esta verdad, fomento mi fortaleza y valor.
Al reconocer y afirmar la presencia y el poder de Dios en mí, en los demás y en toda circunstancia, honro la omnipresencia de Dios que hace surgir bendiciones. ¡Vivo con entusiasmo!
Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al alto dignatario de la sinagoga: "No temas, cree solamente".--Marcos 5:36
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Gracia
La gracia de Dios me alienta y apoya.
La gracia está siempre presente en mi vida. Durante un desafío, quizás me resista a la guía interna y tenga dificultad para superarlo. Mas, cualquiera que sea la necesidad, me dirijo a la presencia de Dios en mí. Sé que la gracia divina me revelará la solución, y aguardo con fe.
La gracia corrige cualquier rumbo errado que haya podido tomar, permitiéndome superar cualquier reto. Aun en los momentos más abrumadores, me entrego a esta gracia y soy elevado por sobre todo obstáculo.
La gracia es parte de la esencia divina, y está disponible para mí incondicionalmente --siempre presente, proveyéndome apoyo. La gracia de Dios me inspira, me faculta y me impulsa a lograr mis sueños más preciados.
De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia.--Juan 1:16
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Orden divino
Abro mi visión espiritual al orden divino en mí y a mi alrededor.
Cuando pienso en el orden divino, recuerdo la armonía perfecta de la naturaleza. En ella, un equilibrio divino es evidente tanto en el átomo más pequeño como en la montaña más majestuosa. El orden divino que es evidente en la naturaleza también obra en mi vida. Este me ofrece oportunidades para el crecimiento y la renovación, me presenta ideas e inspiración, me provee guía y protección. El orden divino me bendice con todo lo que necesito para tener una vida saludable, feliz y productiva.
En este momento, abro mi visión espiritual para apreciar y acoger el orden divino. Doy gracias por las oportunidades disponibles para mí. Sé que el espíritu de Dios obra en mí y en toda vida.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.--Juan 1:4
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Orar por otros
Mi ser querido, te mantengo en oración.
Los pensamientos de vida y salud que mantengo por mis seres queridos son oraciones silenciosas que los bendicen. No importa por lo que estén pasando, los apoyo en oración. Las afirmaciones de Verdad son la base de mis oraciones. El poder liberado por medio de dichas afirmaciones establece el plan divino.
Consciente de nuestra unidad con Dios, prosigo con fe al silencio de la oración. Oro por mis seres queridos, bien sea que estén cerca o lejos. Llevo a cada uno tiernamente en mi corazón y en mis pensamientos, afirmando que todo el bien que anhelan viene a ellos gracias al infinito amor de Dios.
Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.--Salmo 32:6
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Prosperidad
Acepto mi bien. ¡Vivo en un Universo abundante!
Doy gracias por el tesoro de la Tierra, por la variedad de vida que sostiene y por la capacidad de nuestro planeta para renacer y rejuvenecerse.
Un principio espiritual básico afirma que el bien está presente en todas partes, y se nutre de sí mismo. Adondequiera que miro, veo que esto es verdad. Una persona sonríe a un amigo y éste le sonríe a su vez. Un cliente intercambia dinero por bienes; el cliente prospera, el cajero prospera y el dueño de la tienda también. Un niño invita a otro a jugar con sus juguetes y juntos se divierten más.
Al dar a los demás, abro el camino para que mayores bendiciones lleguen a mí. El universo es ilimitado, y yo reclamo y contribuyo con mi bien y mis dones ahora.
Me fue dada esta gracia de anunciar ... el evangelio de las insondables riquezas de Cristo.--Efesios 3:8
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Sueños
Avanzo con confianza en la dirección de mis sueños.
En mi corazón vive mi sueño personal. Si las circunstancias actuales son menos de lo que deseo, acepto este momento como una encrucijada y me dirijo a Dios en oración. Visualizo y afirmo la libertad, los recursos y las habilidades que Dios me ha dado para lograr mis metas. Con Dios como mi guía y apoyo, avanzo con confianza hacia mis sueños.
Al elevar mi visión, imagino que toda persona es libre para lograr sus sueños. Nuestros anhelos proceden de Dios, así como también todo lo que necesitamos para lograrlos. Oro para que todos sintamos nuestro vínculo directo con Dios y expresemos el potencial para la felicidad inherente en nosotros.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.--Jeremías 29:11 |
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Dejar ir
Mi corazón está sereno al dejar ir y dejar a Dios actuar.
La preocupación puede ser una señal de que trato de lidiar con lo que no me corresponde. De manera que me pregunto: "¿Es éste mi trabajo o el de otra persona? ¿Es de Dios?" Si es mío, lo hago con gozo. Si no lo es, lo dejo ir. En un momento de revelación, comprendo que puedo elegir paz --dejar ir y dejar a Dios actuar.
Hago a un lado el frenesí de mis esfuerzos y acudo a la única Presencia y al único Poder. Al poner mi confianza en Dios, mi fe se profundiza y la preocupación se disipa. El mismo Poder amoroso que vela por el universo también vela por esta situación. Dios está conmigo y en mí siempre. Las ideas y soluciones divinas surgen ahora con facilidad. Mi corazón está sereno al dejar ir.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.--Juan 14:1 |
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Visión clara
Establezco paz, amor y abundancia en mis pensamientos y en mi vida.
De la misma manera cómo he acumulado cosas en una gaveta, puedo haber acumulado pensamientos y sentimientos. Algunos de estos pueden ser útiles, mas otros pueden no serlo y bloquear el espacio de las nuevas ideas.
Hoy mi visión es clara, distingo entre lo verdadero y lo erróneo. Mantengo mis pensamientos a la altura del Cristo en mí y admito y fomento sólo aquellos pensamientos que emitan vibraciones de paz, amor y prosperidad. Descarto el temor, la escasez, la enfermedad o la falta de mérito. El aclarar mi visión me libera. Al establecer paz, amor y abundancia en mis pensamientos, permito que el bien de Dios llene mi mente y mi corazón.
¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí! --Salmo 51:10 |
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Hoy mi visión es clara, distingo entre lo verdadero y lo erróneo. |
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Triunfo
Puedo lograrlo todo gracias a la presencia crística en mí.
Cuando trato de lograr una meta, vencer un reto o cambiar una conducta no deseada, puede que surjan obstáculos. En el pasado, éstos pueden haber impedido mi éxito, ¡pero no será así esta vez!
¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que esta vez estoy consciente del Cristo de mi ser. Gracias al poder que mi esencia divina me brinda, puedo lograr lo que me proponga.
Esta vez, mantengo mis pensamientos claros. Al avivar mi Cristo, elimino todo impedimento. En vez de dudar del Cristo morador, busco evidencia de Su apoyo --ideas divinas, paz, confianza, claridad-- cuando pierdo temporalmente mi camino.
Gracias al Cristo de mi ser y a mi dedicación y determinación, puedo lograrlo todo.
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.--Filipenses 3:14
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Guía
Dios guía mi sendero. Sé qué hacer y cuándo hacerlo.
El espíritu de Dios sostiene mi ser, motiva mi alma y me habla silenciosamente. En cualquier momento en el que busque guía con respecto a una decisión que tenga que tomar, me preparo para recibirla dejando ir cualquier preocupación o inquietud. Estoy receptivo a la paz de Dios y confío en que las respuestas vendrán.
La guía interna me es revelada por medio de mis sentimientos y mi conciencia --por medio de la información que fluye hacia mí sin esfuerzo ni lucha. Viene de maneras inequívocas e inconfundibles. Llega con una seguridad que reconozco y en la cual confío. Recibo la guía divina con un sentimiento de paz, claridad y dirección. Dios guía mi camino, sé qué hacer y lo hago con confianza.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.--Gálatas 5:25 |
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Perspectiva
Veo la vida desde una perspectiva espiritual.
En algunas fotografías, la perspectiva tiene influencia sobre la relación entre dos objetos. Una persona cercana a la cámara puede parecer más grande que un árbol en la distancia. Cuando enfrento una dificultad, esta puede parecer desproporcionada comparada con el bien en mi vida. Sin embargo, al ver el reto bajo la perspectiva correcta, me doy cuenta de que tengo todo lo necesario para superar la situación.
El espíritu de Dios es poderoso en mí y es más que suficiente para vencer cualquier desafío. Mis dificultades disminuyen en proporción a mi fe en Dios. Mientras más confío en Dios, mayor es mi confianza. Lo que parecía ser un gran reto se apoca cuando veo mi vida desde una perspectiva espiritual.
Así venció David al filisteo con honda y piedra ... sin David una espada en sus manos.--1 Samuel 17:50
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Ternura
Me trato con ternura.
Un recién nacido necesita de un cuidado tierno y amoroso. Como creación de Dios, me trato con gentileza y ternura. Si me siento abrumado o ansioso, decido verme como un recién nacido o un niño inocente, y me pregunto: "¿Qué necesito?"
Quizás necesite un momento de solaz, algo que comer o una siesta. Puede que necesite caminar y estirar las piernas, tener una conversación con un amigo o pasar unos momentos en el silencio de la presencia de Dios. Presto atención a mi intuición, y sé qué hacer. Tomar tiempo para ser benévolo y considerado conmigo mismo demuestra que me valoro. Tengo presente que soy una creación valiosa de Dios, digna de amor y cuidado.
Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.--Mateo 11:29 |
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