¿Alguna vez nos ponemos a pensar en las oportunidades que la vida nos da?. Pocas veces creo que racionalizamos esas pequeñas decisiones que cambian nuestro rumbo, que transforman nuestra esencia, que hacen que nuestro destino cobre un sentido profundo y absolutamente agradecido…
Yo llamo a estas circunstancias maravillosas, los peros de la vida, claro son esos peros que ponemos con razón o sin tenerla y que aún cuando nos generan dudas, están para marcar un camino que tal vez no imaginábamos, pero que por alguna razón nos llevan a un lugar que nos trae nuevas experiencias.
Hay peros y peros, están aquellas personas que siempre tienen unos a mano en sus bolsillos para salir de situaciones en las cuales es común que se metan, sin embargo hay peros que nos dejan pensando, en un estado de cuasi latencia y detrás del pero se encuentra el por qué no subirnos a este tren que quizás pasa sólo una vez en la vida…
Y esos peros son los benditos, los que nos cambian los rumbos, los que nos presentan esos caminos sorprendentes, increíbles y que jamás pensamos transitar y a los que hay que poner el alma y la vida porque llegamos hasta allí por suerte divina, por la rueda de la fortuna que nos tocó en gracia ese día o simplemente porque inconscientemente decidimos estar allí…
Sin embargo como hay peros que nos abren puertas, están aquellos que nos cierran muchas posibilidades, porque en la búsqueda de encontrar problemas donde no los hay ponemos excusas a través de los peros que sólo nos generan un halo negativo y nos imposibilitan volar hacia nuestros sueños. En esas ocasiones debemos ser conscientes de que los que pusimos los peros fuimos nosotros y que nuestros peros fueron los que gestaron la realidad en la que nos encontramos…
A poner los peros en los momentos adecuados, para que los mismos abran puertas y ventanas, que los peros que ponemos en nuestras vidas sean para hacernos pensar y profundizar en la posibilidad de animarnos a más, a conquistar los sueños guardados…
Si los peros son negativos, obviémoslos, no nos sirven, que los peros sean siempre para ir más allá…