Cuando alguien pretenda hacerte daño, no lo ignores. La indiferencia no es positiva para ninguno de los dos.
En lugar de eso, practica la tolerancia y la paciencia. Si no es en ese momento, esa persona no demorará cambiar.
Porque el amor siempre sana, pero el miedo, de cualquier manera que lo usemos, termina por dañarnos a nosotros y no ayudará a los demás