LUCIÉRNAGAS EN EL ALMA
Ágil luciérnaga que los reverdecidos campos en la noche reluces: lo pienso y se me llena de luces el recuerdo sutil de tiempos idos.
Por el camino que daba a la capilla, tras tus luces por asirte me perdía, mientras sereno e invisible caía el rocío de la noche a la gramilla.
Sin dudas sé que esté hoy en calma, en gran parte se debe a que tuve mucho espacio azul y pocas nubes y luciérnagas encendidas en el alma.
Por eso hoy que me preguntas, hija mía: ¿por qué no hay luciérnagas en la siesta? al instante te digo mi respuesta, porque duermen en ti durante el día.
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