Cuando somos felices no nos damos cuenta, eso también es injusto.Deberíamos vivir la felicidad intensamente y tendríamos que poderla guardar para que en los momentos en que nos haga falta pudieramos coger un poco. Del mismo modo que guardamos cereales en la despensa o recambios de papel higiénico por si se acaba, ¿entiendes?
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