Por cierto.
No puedo mirarte
sin advertir el sismo,
sin sentir la guerra en el cuerpo.
No puedo hablarte, fulana,
sin fuego en los huesos.
Seguiste siendo el combate,
la saliva la sed el desplome
de todos los mundos,
seguiste plantando incertidumbre en la tierra;
eres como un planetita.
No puedo quererte sin agua
sin labios mudos de espanto
sin ranas, sin sangre, sin piernas.
No puedo quererte en otra piel
en otros ojos, en otro nombre
otra sustancia de ti,
,no puedo quererte con tregua
.en absoluto silencio.
Carlos Diaz
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