Hola…
Los problemas sociales y políticos que perturban desde hace años a nuestro país no son de fácil solución, ni tampoco ha resultado sencillo analizar y diagnosticar de forma objetiva y transparente. La complejidad del problema, los enfoques y la obsesión por defender el propio punto de vista complican el avance. Los analistas, los académicos, los políticos y los líderes religiosos sustentan posturas divergentes. El diálogo escaso de los actores públicos, el desinterés y el miedo de buena parte de la sociedad obstaculizan una solución verdadera. De profetas y mentes clarividentes estamos huérfanos. De ciudadanos responsables y participativos también. Alguna transformación suficientemente impactante habrá de ocurrir para que suscite la conmoción ciudadana necesaria para desentrampar esta crisis social que nos agobia
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