Tanto la ciencia como la historia parecen confirmar cada vez más que ocho horas de sueño podrían ser antinaturales.
Hoy, la mayoría de las personas parecen haberse adaptado bastante bien a dormir ocho horas, pero Ekirch cree que muchos de los problemas del sueño tienen sus raíces en la preferencia del cuerpo humano por segmentar el sueño, así como en la omnipresencia de la luz artificial.
Esto, sugiere, podría ser el origen de un trastorno llamado "insomnio de mantenimiento", en el que los afectados se despiertan durante la noche y tienen problemas para volverse a dormir.
Esa condición fue descrita por primera vez en la literatura de finales del siglo XIX, al tiempo que el sueño segmentado desaparecía.
"Durante la mayor parte de nuestra evolución hemos dormido de una manera determinada", señala el psicólogo del sueño Gregg Jacobs. "Despertarse durante la noche es parte normal de la psicología humana".
La idea de que debemos de dormir en un único bloque podría ser perjudicial, dice, si eso hace que la gente se despierte por la noche ansiosa. Esa ansiedad, agrega, puede impedir a algunos volver a dormirse y es posible que se extienda al resto de la vida.
Russel Foster, profesor de neurociencia circadiana (sobre el reloj biológico) en la Universidad de Oxford comparte ese punto de vista.
"Muchas personas se despiertan por la noche con pánico", afirma. "Les digo que lo que experimentan es una reminiscencia del patrón de sueño partido".
Problemas del sueño
Pero la mayoría de los médicos todavía no reconocen que un sueño único de ocho horas puede no ser natural.
"Más del 30% de los casos que los doctores enfrentan radican directamente o indirectamente del sueño. Pero ese tema ha sido ignorado en la educación médica y hay muy pocos centros en los que se estudia", comenta.
Jacobs sugiere que los periodos entre sueños, en la época en que la gente se imponía periodos de descanso, podrían haber tenido un papel importante en la capacidad de los humanos para regular el estrés de forma natural.
En sus hallazgos históricos, Ekirch encontró que la gente usaba ese tiempo para meditar sobre sus sueños.
"Hoy empleamos menos tiempo en esas cosas", dice Jacobs. "No es una coincidencia que, en la vida moderna, el número de gente que padece ansiedad, estrés, depresión, alcoholismo o drogadicción haya crecido".
De modo que, la próxima vez que se despierte en mitad de la noche, piense en sus antepasados de la época preindustrial y relájese. Quedarse tumbado despierto puede ser bueno.
Fuente: BBC Mundo