Para que entre tu cuerpo
No tienes nombre,
pero llevas tu origen ceñido a mi garganta
como un collar de fuego que me abre las puertas para que entre tu cuerpo.
Bienvenido, tú, el vulnerable, a quien contengo y doy a luz.
Yo soy la odiada cuando me creés silicio, carcelera, corazón confuso.
Espectral es la carne que abominas gajo a gajo, que codicias vencida.
Soy la que amas al borde de la fábula desde el árbol de sangre que se asoma a tu pulso.
Somos Eva y Adán, Ulises y Penélope.
Nuestras caricias nómadas hoy se asientan en lecho mineral.
Quiero quedarme en ti y atender las señales de tus peces profundos.
Riégame las entrañas generosas. Florecerás en hombre.
PatriciaMedina
|