¡UN HOMBRE!
UN HOMBRE
que no tema a la ternura; que se atreva a ser débil
cuando necesite detenerse a recobrar fuerzas para la lucha diaria;
que no piense que al amarme lo derroto, o que al amarlo me aniquila.
UN HOMBRE
que me proteja de los demás y de mí misma,
que conociendo mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos.
UN HOMBRE
que quiera y sepa reconocer mis valores espirituales
y sobre ellos pueda construir todo un mundo;
que nunca me rebaje con su trato.
UN HOMBRE
que con cada amanecer me ofrezca una ilusión,
que aliente nuestro amor con toda delicadeza
para que una flor entregada con un beso tenga más valor que una joya.
UN HOMBRE
con el que se pueda hablar, que jamás corte el puente de comunicación
y ante quien me atreva a decir cuanto pienso,
sin temor de que me juzgue y se ofenda,
y que sea capaz de decírmelo todo, incluso que no me ama.
UN HOMBRE
que tenga siempre los brazos abiertos
para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada e insegura,
que conozca su fortaleza y mi debilidad, pero jamás se aproveche de ello.
UN HOMBRE
que tenga abiertos los ojos a la belleza,
a quien domine el entusiasmo y ame intensamente la vida;
para quien cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente,
aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.
UN HOMBRE
que sepa ser siempre más fuerte que los obstáculos,
que jamás se amilane ante la derrota
y para quien los contratiempos sean más estímulos que adversidad,
pero que esté tan seguro de su poder
que no se sienta en la necesidad de demostrarlo
a cada minuto en empresas absurdas sólo para probarlo.
UN HOMBRE
que no sea egoísta, que no pida lo que no se ha ganado,
pero que siempre haga esfuerzos para tener lo mejor porque lo ha ganado.
UN HOMBRE que goce dando y que sepa recibir.
UN HOMBRE
que se respete a sí mismo, porque así sabrá respetar a los demás;
que no recurra jamás a la burla ni a la ofensa,
que más rebajan a quien las hace que a quien las recibe.
UN HOMBRE
que no tenga miedo de amar,
ni que se envanezca porque es amado; que goce el minuto como si fuera el último,
que no viva esperando el mañana porque tal vez nunca llegue.
... cuando lo encuentre, lo amaré intensamente.

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