Probarse a sí mismo
Algunos sabios de la antigüedad utilizaban
una expresión impregnada de hondura: Camino de Probación.
Su significado alude al despliegue interno
que se genera en quien decide enfrentar el dolor,
para volverse una persona más lúcida,
más compasiva, más íntegra...
Convertirá la ocasión en un instrumento
que le permita penetrar más allá de lo superficial
de sí mismo y saber de qué está hecho,
cuál es su verdadera naturaleza,
qué rincones internos aún desconoce;
como quien prueba una fruta luego de haberla calado
hasta su pulpa, se probará a sí mismo:
¿cuál es su real grado de madurez?;
¿cómo es el sabor de su propia dulzura, l
a aspereza de su propio amargor?...
El tiempo de adentrarse en la Prueba y
transitarla suele resultar árido y de una extraordinaria soledad
(aunque otros nos acompañen).
El evento disparador puede ser una enfermedad,
un accidente, una muerte, una separación,
el exilio... pero también podría serlo un proceso
íntimo hasta cierto punto independiente
de los eventos externos: el hacer contacto
con viejas heridas, que insistentemente emergen
en el pecho, o el confrontar rasgos nuestros
que habíamos evitado ver, el decir "basta"
a situaciones de comodidad en las
que nos habíamos sobreadaptado,
o el VER lo que durante mucho tiempo
negamos obstinadamente...
Como en las leyendas,
nadie puede atravesar la oscuridad del bosque
en nuestro lugar; y uno de los principales riesgos
de esta travesía es susurrarse a sí mismo
que no se trata de UN TRAMO de la vida,
sino que TODA nuestra vida es, fue y será así.
¡Cuidado! Dar cabida a este hechizo
del pensamiento podría ser fatal.
En cambio, si estamos despiertos,
hallaremos una zona interna que es capaz
de no perder la serenidad, y de reconocer
las ayudas que puedan aparecer.
Quien se dispone a extraer conocimiento del dolor,
se sorprenderá al encontrar recursos impensados,
dentro y fuera de sí, que le permitan salir hacia la luz.
Y quizás luego recordarle a otros,
que ninguna oscuridad es definitiva,
si se sigue en el Camino.
Autores: Virginia Gawel & Eduardo Sosa
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