En un Abril Cualquiera…
Ella y El se miraron
en un Abril cualquiera.
Con la intención precisa
de la imagen perfecta.
Ya hartos de palabras,
se rozaban apenas…
El, moría de hambre y fuego
Ella, de celo y vergüenza.
La tibieza del vino…
El cosquilleo de especias…
Abrieron los caminos,
guardados,
en cámaras secretas.
El le sabía a albahaca,
Ella, a duraznos y almendras…
Como las más deliciosas
que la Cibeles pariera…
En una noche de luna,
de Luna Nueva.
Con tranquila elegancia
conectados,… Se entregan.
La escena es cuadro antiguo
de íntima belleza.
Complicidad y morbo
a pefercción se mezclan
para hacer realidades
de fantasías aviesas.
En banquete divino
En placer sibarita
los amantes se besan…
Se conocen, se palpan
Se destruyen, se crean.
Como en aquellos versos.
Sobre de sus caderas,
Se acaballan verdades .
Se deshojan camelias…
Y se llevan las ganas
la morriña con ella.
Y al cantar el mortero
marcando la molienda
con su son cotidiano
de cafés y de especias…
Aguijonea el deseo,
despacito.
Y en arranques se entregan
Ella y El .
al mirarse
en un Abril cualquiera.
Adanellys Hayes
(Acuar)
Abril, 2001