Mientras la supertormenta "Sandy" continuaba adentrándose lentamente en tierra, millones de personas amanecieron el martes sin electricidad ni transporte público en la costa este de Estados Unidos, donde extensas franjas de la ciudad más grande del país aparecieron inusualmente vacías y oscuras. Al menos 17 personas murieron en siete estados (ver Cobertura en vivo, diario El País).
La tempestad, que tocó tierra el lunes por la noche en el estado de Nueva Jersey, con vientos sostenidos de 130 kph, cortó el suministro de electricidad de más de seis millones de viviendas y negocios, desde las Carolinas hasta Ohio, y obligó a suspender la campaña electoral, a una semana de los comicios presidenciales.
Gravísimos daños. Nueva York era uno de los lugares golpeados con más fuerza. Su corazón financiero en el Bajo Manhattan cerró por segundo día consecutivo y varios torrentes de agua de mar caían hacia los huecos de la zona en construcción en el Centro de Comercio Mundial. La tormenta causó los peores daños en los 108 años de historia del sistema del tren subterráneo de Nueva York, de acuerdo con Joseph Lhota, presidente de la Autoridad Metropolitana del Transporte.
"Esto será para los libros de récord", dijo John Miksad, vicepresidente de operaciones eléctricas de la empresa Consolidated Edison, que tenía a más de 670.000 clientes sin el servicio en la ciudad de Nueva York y sus alrededores.
Las operaciones se cancelaron otra vez en la Bolsa de Valores de Nueva York. El mercado bursátil no había dejado de operar en dos días consecutivos por factores meteorológicos desde una intensa nevada en 1888.
El presidente Barack Obama emitió la declaración de desastre mayor en Nueva York y en Long Island. La declaración liberó fondos federales para los habitantes de la zona.
Cerrados. Los tres principales aeropuertos de Nueva York permanecieron cerrados. En total se cancelaron más de 13.500 vuelos entre el lunes y el martes, la mayoría debido a la tormenta, de acuerdo con el servicio de rastreo de la industria de aviación FlightAware.
La marea aumentó casi cuatro metros, con lo que rebasó por 90 centímetros (tres pies) el récord histórico. Ello llevó agua de mar al Bajo Manhattan, donde se inundaron túneles, estaciones del tren subterráneo y ductos del sistema eléctrico que dan servicio a Wall Street. El problema obligó al desalojo de pacientes y turistas. Los rascacielos se menearon por la fuerza del viento, que derribó parte de una grúa instalada en el piso 74 de un edificio en el área de Manhattan conocida como Midtown.
En Nueva Jersey, por donde entró Sandy, cientos de personas debieron abandonar la zona por una inundación súbita. Las autoridades emplearon lanchas para rescatar a unos 800 residentes de un parque de remolques en Moonachie. No hubo reportes de heridos o muertos ahí. Inicialmente se reportó que un dique se había roto. Después, el gobernador Chris Christie dijo que se trató de un desborde.
La tormenta colosal llegó hasta el centro norte del país. Las autoridades en Chicago pidieron a los habitantes que se alejaran de las orillas del Lago Michigan, en tanto la ciudad se preparaba para soportar vientos de incluso 96 kph (60 mph) y olas de 7,2 metros (24 pies). Esas condiciones se mantendrían incluso hasta el miércoles.
Mientras el huracán Sandy se acercaba al noreste del país, se combinó con un sistema polar que lo convirtió en un monstruoso fenómeno híbrido de lluvia, viento e incluso nieve, como la que azotó a Virginia Occidental y otras zonas montañosas, tierra adentro.
Sandy dejó 69 muertos en el Caribe, antes de avanzar hacia la costa estadounidense del Atlántico.
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