La Noche.
La noche ha descendido. El férreo frío peina mi soledad y vago por la vida como sombra peregrina. Apenas puedo andar con mi dolor que por instantes agoniza.
Me encuentro solo en mi mundo, y escucho el eco de mi alma buscando quietud y reposo. Tal vez mis sueños, como pájaro ciego, vivan conmigo. Tal vez, miren hacia otra tierra… con la esperanza de que tus manos acaricien mis aguas. Tal vez sueño que llego desnudo a tu fuego, y que tu mirada se torna una noche mía.
Tal vez sueño que dejas en mis labios la miel de tu recuerdo, como gota de aliento; que tu ternura se hace canto en mi cuerpo mientras recorres mi camino. Sueño, tal vez, que sueño y vivo recogiendo tu poderío. Sueño, tal vez, que la llama infinita de la vida eterna sólo ha sido un sueño… y estrujo mis lágrimas, y regreso al silencio.
Autor desconocido por mí. |