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Ya todos andamos pensando en la Navidad, en que se acabe luego el año, y que vengan las vacaciones… Y en todo el ajetreo de estas fiestas, una de las complicaciones es la cena navideña con sus respectivos platos.

Hoy les traigo una idea para el postre fácil y llamativa que los hará quedar como reyes y reinas en esta Navidad, sobre todo si la van a pasar con amigos y cada uno tiene que llevar algo. Se trata de una jalea con leche condensada con los colores de la navidad! Veamos qué necesitamos para hacerla:

 

Ingredientes:

1 paquete de jalea de fresa o frambuesa (color rojo) (2 sobres)

1 paquete de jalea de manzana, kiwi, o limón (color verde) (2 sobres)

1 paquete de láminas de gelatina sin sabor (12 láminas, la cantidad necesaria para 1 litro de líquido)

1 tarro grande de leche condensada (740 gr)

 

Preparación:

Preparamos dos moldes rectangulares (idealmente de vidrio) con un mínimo de aceite de maravilla. Esto es para desmoldar fácilmente la jalea. Ojo, no importa que no sean iguales, lo importante es que la jalea quede extendida en la superficie.

Luego, preparamos las gelatinas de colores según las instrucciones del envase. Las ponemos en nuestros moldes y esperamos que cuajen.

Una vez que estén listas, las cortamos con un cuchillo formando cubos de diferentes tamaños, como se muestra en la foto:

Desmolda las gelatinas cortadas. Reserva.

Preparamos otro molde con aceite, este molde debe ser más profundo que el anterior porque dará la forma final a la jalea.

Preparamos la gelatina sin sabor siguiendo las instrucciones del envase. Una vez que tenemos disuelta la gelatina sin sabor, añadimos la leche condensada y vamos mezclando de a poco. Ojo, esto debe hacer añadiendo la leche a la gelatina y no al revés, puesto que si no lo haces así te quedarán grumos.

Una vez que hayamos mezclado la gelatina sin sabor con la leche condensada, dejamos enfriar a temperatura ambiente por 15 minutos.

Mientras esperamos que se enfríe la gelatina con leche condensada, ponemos los cubitos de jalea previamente cortados en nuestro molde final.

Una vez que hayan transcurrido los 15 minutos, vertemos la gelatina de leche condensada a nuestro molde con los cubitos de gelatina. La leche condensada no debe superar el nivel de los cuadrados de gelatina de colores, ya que estos flotan, y si no la parte de abajo (que luego será la parte superior de nuestra gelatina) quedaría solo blanca.

Llevamos al refrigerador como mínimo por 3 horas, el ideal es que lo hagas de un día para otro.

Para desmoldar, debería bastar con girar el molde. Si la gelatina no cae, podemos pasar con cuidado un cuchillo afilado por el borde, y frotar el molde por fuera con un paño caliente hasta que salga. Si aún así no sale, podemos sumergir el molde unos segundos en agua muy caliente y voltear.