
Nuestros animalitos.
Siempre tuvimos animalitos, nos criamos con ellos y en contacto con la naturaleza. Y aprendimos a quererlos y a respetarlos, como también ellos aprendieron a convivir con nosotros, es una parte de nuestra familia, y aunqu …e no son seres racionales, a su manera nos entienden, y saben si estamos contentos o tristes, son compañeros incondicionales, no nos discriminan ni por color, ni por raza, ni por religión, no nos critican, no nos envidian. Cuando tienen crías, no hay mamá más celosa de sus cachorros, los defienden con uñas y dientes aunque esto les cueste su vida. Los animales no matan por el sólo hecho de matar, matan sólo cuando tienen hambre, no matan a un ser humano para colgarlo de una pared como un trofeo, ni maltratan a sus dueños cuando están de mal humor, ni los queman o lastiman como hacen muchos humanos con ellos. Evolucionamos en muchísimos aspectos, en informática, ciencias, medicina, etc. ¿ Pero evolucionamos como seres humanos? Cuando se murió Simón, nuestro anterior pequinés, personalmente no quería más animalitos porque uno sufre con ellos cuando están enfermos o se mueren. Un día cuando estaba muy triste por la pérdida de Simón, una amiga me dijo : amar a un animalito es un don de Díos, y si Díos te dió ese don, porqué no darle ese amor a un animalito hasta que Díos disponga de él ? No deja de ser una responsabilidad tenerlos porque hay que cuidarlos, alimentarlos, bañarlos, llevarlos al veterinario, pero la satisfacción de tener un amigo incondicional en la casa, que cuando llegás cansado de un largo día de trabajo y te salta y te mueve la cola y te agradece por lo que le dás. Tenerlos vale realmente la pena !!!
Rosa
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