El Servicio.
Una bella princesa suspiraba por su felicidad y
su hada protectora le prometió que la conseguiría
si lograba conocerla al pasar por su lado…
Y pasaron como hermosas hadas:
La riqueza,
La alegría,
El poder,
La gloria.,
y la princesa creyó que todas ellas eran la Felicidad esperada,
y no era ninguna….
y pasó una vieja de pobre aspecto que, con ojos y semblante
de haber llorado mucho, sonreía, sin embargo, dulcemente.
¿Quién eres tú?,
pregunto la princesa.
“Si me sigues podrás saber mi verdadero nombre”,
y la princesa la siguió por caminos penosos,
y al fin la vieja mudó su triste aspecto en la
mayor hermosura del mundo.
“Tú eres la Felicidad”.
“No, la Felicidad no existe; yo soy el Servicio…,
pero de cuantas apariencias encubre la felicidad,
soy la más verdadera.
Jacinto Benavente.