Alabado sea Jesucristo…
Algún Obispo que también era profeta y poeta, y que para más señas se llamaba Hélder Cámara, decía que cuando urgía a la gente a practicar la caridad decían que era un santo y cuando los exhortaba a practicar la justicia lo tildaban de comunista.
Juan el Bautista también habría sido acusado de "rojillo" porque urgía a los israelitas compartir los bienes, a autocontenerse y no abusar del poder para despojar de sus escasos bienes a los pobres.
La propuesta de Juan era clara: había que practicar la justicia a fin de agradar al Señor que venía a visitar a su pueblo. Nuestra situación social no es nada favorable. La mitad de la población padece situaciones de pobreza que con voluntad política y con una participación ciudadana más responsable y generosa se podría superar, al menos en sus aspectos más dramáticos.
Los cristianos hemos sido omisos. La solidaridad es el rostro de la caridad. La justicia social, tantas veces postergada, es un llamado incómodo y urgente que brota de la confesión de un Padre común.
"La verdad católica"